

Un avión comercial con 64 personas a bordo chocó en el aire este miércoles por la noche con un helicóptero militar Black Hawk, que llevaba tres tripulantes, mientras se aproximaba a la pista del aeropuerto nacional de Washington. Tras varias horas de rescate en las aguas gélidas del Río Potomac, los servicios de emergencia dudan de que puedan hallar supervivientes.
En el vuelo comercial viajaban en total 60 pasajeros y 4 miembros de la tripulación, dos pilotos y dos asistentes de vuelo. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, dijo que no viajaba en el helicóptero ningún alto mando militar, y que los tres tripulantes eran uniformados en una misión de entrenamiento nocturno.
Donald Trump: «El choque en Washington debió haberse evitado»
El presidente Donald Trump cuestionó por qué el helicóptero no maniobró para evitar la colisión y criticó el papel de la torre de control. «El avión estaba en una línea de aproximación perfecta y rutinaria. El helicóptero fue directo hacia el avión por un período prolongado. Era una noche despejada, las luces del avión brillaban, ¿por qué el helicóptero no subió, bajó o giró? ¿Por qué la torre de control no le indicó qué hacer en lugar de preguntar si veían el avión?», escribió en su red social, Truth.
Trump calificó la situación de «mala» y sugirió que el choque «debió haberse evitado».
De los peores accidentes de la historia de Estados Unidos
La explosión se pudo ver claramente sobre el cielo de la capital norteamericana, ya que las condiciones de visibilidad eran excelentes. Hubo algo de viento por la tarde, pero la visibilidad no era mala a esa hora en el aeropuerto.
Las grabaciones de las comunicaciones de la torre de control revelan que los controladores preguntaron varias veces al helicóptero si tenía en su mira al avión que perdía altitud en ese momento para aterrizar. Los soldados habían salido de la base de Fort Belvoir momentos antes, y no respondieron.
Si no hay supervivientes, se trata del peor accidente aéreo en Estados Unidos desde el 12 de noviembre de 2001, cuando un avión de American Airlines con 260 personas a bordo se estrelló en Nueva York debido a turbulencias de estela de otro avión. Cinco personas murieron en tierra. El último accidente de aviación comercial había ocurrido en 2013, cuando un vuelo de Asiana Airlines se estrelló en San Francisco, con tres muertos y 187 heridos.
El tráfico aéreo, afectado
Equipos de emergencia desplegaron inmediatamente botes de rescate en la zona, y el aeropuerto suspendió todas las operaciones de despegue y aterrizaje. El de Reagan es un aeródromo que se usa estrictamente para vuelos nacionales, por lo que el tráfico internacional no se ha visto afectado.
A escasos kilómetros se encuentra el Pentágono, donde en 2001 se estrelló uno de los aviones secuestrados por los terroristas de Al Qaeda. La del aeropuerto Reagan es una de las pistas más transitadas de Estados Unidos y en la base de Bolling se encuentra la flota presidencial de helicópteros, incluido el Marine One.
Aun de madrugada, se veían unidades de rescate en el río, con múltiples embarcaciones y helicópteros sobrevolando la zona del accidente. El Black Hawk seguía flotando boca abajo horas después, rodeado de placas de hielo .
El aeropuerto nacional, conocido como Reagan o por su código DCA, solo opera vuelos nacionales y se encuentra en Virginia. Los vuelos con destino a ese aeropuerto han sido redirigidos a otros cercanos, como Baltimore o Dulles.
Primera crisis de Trump
En su regreso a la Casa Blanca, Trump destituyó al jefe de la Administración de Seguridad del Transporte, David Pekoske, antes de que terminara su mandato, a pesar de que había sido originalmente nombrado por él mismo y luego ratificado por Joe Biden.
Además, Trump despidió a todos los miembros del Comité Asesor de Seguridad en la Aviación, un grupo creado tras el atentado de Lockerbie en 1988 para evaluar riesgos en aeropuertos y aerolíneas. Esta decisión generó críticas, ya que el comité incluía representantes de aerolíneas, sindicatos y víctimas del terrorismo aéreo.
El gobierno de Trump justificó estos cambios como parte de su estrategia para reforzar la seguridad nacional y eliminar lo que calificó como un desperdicio de recursos en el Departamento de Seguridad Nacional, aunque no explicó cómo se reemplazarían las funciones del comité.
En ningún caso ha habido relevo de controladores aéreos en el aeropuerto de Reagan, y los problemas de congestión que este padece vienen de largo.
La decisión de Trump sí había provocado fuertes críticas por parte de diputados demócratas como Rick Larsen y Steve Cohen, quienes advirtieron de que esta medida pone en riesgo la seguridad aérea. Ambos señalaron que una falta de personal en los sistemas de control aéreo podría agravar la posibilidad de nuevos accidentes.
El accidente del miércoles ocurre tras una serie de incidentes en el mismo aeropuerto desde principios de 2023, lo que había alarmado a las autoridades y a la industria aérea. En mayo de 2024, un vuelo de American Airlines abortó su despegue en Reagan para evitar una colisión con un jet privado, y un mes antes hubo un incidente similar entre aviones de las empresas Southwest Airlines y JetBlue Airways.